martes, marzo 07, 2006

Los demás y nuestro mundo

No sabemos que los momentos se tienen que aprovechar y tendemos a olvidarlos o a quitarles su importancia, incluso a dejar a un lado a las personas con las que los vivimos. La rapidez con la que la vida avanza parece obligarnos a ello, a seguir un ritmo frenético con conversaciones limitadas a un hola y adiós cargados de una falsa cortesía. No sabemos hacer un paron, un alto en el camino para reflexionar sobre todo lo que vivimos, sentimos, decimos. Hablar de cambiar, de no retomar el pasado y dar una oportunidad al presente y al futuro, no recordando a quiénes dejamos atrás no es la solución. Lo que somos e hicimos y con quién compartimos nuestros recuerdos no debe ser tratado como un papel que pisar y resquebrajar para así forzar su olvido, porque haciendo esto nos estaremos engañando a nosotros mismos creando un universo paralelo y supuestamente maravilloso. En esta línea de vida en la que nos mantenemos plantearse que somos lo que somos por quiénes nos rodean o nos rodearon en su momento, no debe avergonzarnos ni mucho menos, debe enorgullecernos, ¿de verás merece la pena seguir cubriéndonos los ojos con un velo de egoísmo?

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Que buen post...
Porque cada persona que nos cruzamos en la vida, no es más que un espejo de nosotros mismos...
Lo que sentimos, lo que decimos, lo que no decimos y pensamos....todo eso, no es más que lo que somos.

1:36 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home