viernes, junio 30, 2006

Poema


Rompí la barrera de la ignorancia

Pues tras creerme fiel a tus sentidos

Vi desvanecer todo aquello que había creído

Tu sonrisa me había nublado y tus ojos me habían cegado

Ya solo me quedaba el remedio de contar como en un sueño

Los segundos que no tienen dueño y los minutos que ese niño tan risueño

Robo de su infancia para hacerme añorar lo que nunca fue y jamás será;

Tanto ansiaba el caballero tocar la piel de su amada

Que olvidó que el escudo no siempre protege tras cada velada

Y que el corazón puede quedar desprovisto de su seguro

Y quién sabe si por caprichos del destino pueda encontrar de nuevo su futuro.