Poema

Rompí la barrera de la ignorancia
Pues tras creerme fiel a tus sentidos
Vi desvanecer todo aquello que había creído
Tu sonrisa me había nublado y tus ojos me habían cegado
Ya solo me quedaba el remedio de contar como en un sueño
Los segundos que no tienen dueño y los minutos que ese niño tan risueño
Robo de su infancia para hacerme añorar lo que nunca fue y jamás será;
Tanto ansiaba el caballero tocar la piel de su amada
Que olvidó que el escudo no siempre protege tras cada velada
Y que el corazón puede quedar desprovisto de su seguro
Y quién sabe si por caprichos del destino pueda encontrar de nuevo su futuro.